19.1.11

Hoy tampoco te encontré

Quería alejarme de la ciudad para inspirarme pero al sentarme en ese banco, 
frente a tantos ojos que no me miran, frente a tantos labios que no se dirigen a mi; 
decidí que elegiría mi propia fuente inspiradora.
Una historia que nadie va a contarme, una miradas que solo yo veo,
manos que solo yo observo, que nadie atiende.
Vuelco mi atención en el más pulcro y mínimo detalle. 
Lo vuelco en las palabras, su sonido...lejano, de otros labios. 
He observado que por las calles se pierden más lágrimas que dinero, 
más prisa que tiempo, más pensamientos que el caminar.
Carmín en el cuello de la camisa, un ramo de flores colgado al revés,
ayudando a sobrevivir los hermosos tulipanes, 
juguetes deseados que nunca acompañan al niño que mira por la cristal, 
pasteles que te ven pasar y se muren por ser saboreados.
Palomas astutas, perros olisqueadores, árboles alborotados,
cielo cubierto, tierra despierta...
Pero no apareces. Un día más esperé en otra inspiración, 
y llamé a la sensación más profunda y fuera de órbita que encontré...
pero aún así tú nunca estás y yo siempre creo estar a punto de encontrarte.
Espero acertar en la próxima calle.

2 comentarios:

Avenida Quince dijo...

precioso georgiana!

Loquenoves dijo...

a veces lo mejor que podemos hacer para aclararnos, escribir, leer, olivdar, pensar e incluso escuchar música tranquilamente es evadirse.. donde nadie sepa quienes somos.


El cine, el amor. La tierra, las flores, el color verde, la magia. El contratiempo, el desorden. El caos. Las cortinas, el humo, atardeceres, las retinas brillantes. Astro, el sol. La lluvia, pasar frío. Caramelos, momentos. Los vuelos, las caídas, los cuadernos... La imaginación