14.2.10

Tengo todo lo que me hace sufrir.
Lloro y me desespero por no poder sobrevivir en mi propia cabeza junto a mi corazón.
Ahí estás tú. Tan cerca...
siempre al acecho de algún nuevo rescate que mi alma te encomiende.
Lléname el sueño de cosas bonitas, brillantes,
de cualquier tamaño, en cualquier color; verde a ser posible.
Quiéreme hasta encontrar la locura,
por que entonces significará que todo esto es lo más cierto que me ha pasado en la vida.
Vida tú. Tu encanto.
Esa razón que hace que no haya razones para notarte cerca, solo sentimientos.
Libres y decididos; siempre seguros de ellos mismos, como el mismo verbo querer.
Querer estar estando cerca, nada mas que una interminable película instantánea de recurdos que solo hacen que... no pueda dejar de pensar en tí. Ni un solo instante.










8.2.10















Desde que despierta hasta que se acuesta mi tiempo da tantas vueltas empañadas en manillas, que se vuelve vital el no poder dejar de controlarlo. Un cruce de algo pasajero, de películas que no te convencen, de comidas que repugnas, de helados que se te caen, de horas que desperdicias, de palabras mal dichas.
Dichas mis palabras, dejo en manos del sueño el deleite de Morfeo.
Es la una de la madrugada.

El cine, el amor. La tierra, las flores, el color verde, la magia. El contratiempo, el desorden. El caos. Las cortinas, el humo, atardeceres, las retinas brillantes. Astro, el sol. La lluvia, pasar frío. Caramelos, momentos. Los vuelos, las caídas, los cuadernos... La imaginación